sábado, 30 de mayo de 2015

Fortaleza de la Mota

Buscando en Internet información para mi última entrada he descubierto el conjunto de la Fortaleza de la Mota en Alcalá la Real, hoy en día considerado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. De las 18 Alcalás que hay en España, solo una es la Real, la de Jaén.




Fortaleza de la Mota en Alcalá La Real


Es una construcción situada entre la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba. En las laderas del cerro de la Mota y de las Cruces. Su situación estratégica en primera línea de frontera fue tomada por Alfonso XI casi a mitad del siglo XIV, que la convirtió en principal plaza para emprender la conquista del reino Nazarí granadino.
Su visita es de gran interés histórico y esto se aprecia enseguida, ya que ofrece una majestuosa imagen viéndola descansar sobre ese peñón de 1.033 metros de altura, y además su posición geográfica confirma el gran valor estratégico que tuvo desde la antigüedad.
Este espacio amurallado fue la llave, guarda y defensa de los reinos de Castilla.

Descendiendo por la Calle Real llegamos hasta la señorial Carrera de las Mercedes, donde el Museo Palacio Abacial nos permitirá conocer el patrimonio y los vestigios del pasado de esta ciudad. También son importantes el Barrio de las Cruces, la plaza Arcipreste de Hita y la Iglesia de la Consolación.



Vista desde el Barrio de las Cruces


El espacio monumental se presenta como un referente turístico y patrimonial, inserto en rutas como Caminos de Pasión, muy importante para la Semana Santa de Andalucía, considerada de Interés Turístico Nacional y Tu historia Ciudades Medias Centro de Andalucía. Para entender lo que contiene, el visitante encuentra el Centro de Interpretación de la Vida en la Frontera y un audiovisual en el interior de la iglesia Mayor Albacial. Integra, de este modo, una oferta de ocio, cultura y aprendizaje que, con rigor histórico, permite un salto a tiempos de frontera, de lucha y también de convivencia e intercambio entre culturas.

De las cosas más interesantes que aprendí fue que Alcalá la Real es la cuna de Juan de Ruiz Cisneros, más conocido como el Arcipreste de Hita. Además es tierra de vinos, aceite y cerezas. También es sede del conocido Festival Etnosur, que se celebra a mediados de Julio y destaca por ser una explosión cultural multiétnica. Un evento organizado por el Ayuntamiento de Alcalá la Real que a través de la música o actividades como circo, talleres, foros, concursos, puestos de artesanía y comida  ofrece una ventana al mundo con la intención de que primen el respeto y la solidaridad



Festival Etnosur
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Tal vez el festival este relacionado con lo que más importante me ha parecido, y es que el continuo discurrir de gentes de diversas culturas y condiciones en Alcalá la Real lo han convertido en un punto de intercambio de ideas, un enclave muy cosmopolita. Y es que se tienen datos de ocupación humana desde el Pelolítico, siendo probable que esta ciudad fuera uno de los últimos emplazamientos donde habitaron los Neanderthales. Desde el periodo del Bronce se constatan asentamientos ibéricos de pequeño rango.

Ya en época romana tenemos las primeras evidencias de ocupación del Cerro de la Mota, y sus edificaciones pudieron arrasar los anteriores estratos ibéricos.


Con la conquista musulmana la ciudad paso a denominarse Qala´t, vocablo ñarabe que designa a una población fortificada. Aunque es en el año 1000 cuando la atalaya de la Mota se convierte en una verdadera fortaleza, apareciendo como uno de los núcleos más importantes de al-Andalus bajo la égida de la familia Banu Said. Posteriormente tras la disolución del Califato y la escisión del mismo en los Reinos de Taifas, Qal´at se convirtió en una plaza fuerte del reino nazarí desde la cual se efectuaban numerosas incursiones contra Jaén y otras tierras fronterizas castellanas.


Como he dicho, el turista de hoy tiene los medios para sentirse como en tiempos de frontera en los que había lucha e intercambio de cultura.


Fue en el año 1341 (siglo y medio antes de la caída del reino nazarí) cuando fue conquistada por Alfonso XI, quien le concedió el título de La Real, y en su escudo figura una llave,lo que simboliza su importancia estratégica. En 1432 el rey Juan II le otorga la consideración de ciudad.



Muy curioso me pareció que aunque el conjunto fuera objeto de deseo de los cristianos durante siglos, sin embargo fuera tras la toma de Granada cuando la Fortaleza perdió su valor estratégico y como consecuencia, sufriera un paulatino proceso de abandono. Es decir, rompe con la idea simple y tradicional de castillo: es una fortaleza, con casas, tiendas, talleres, establos... Dentro de su triple muralla vivían todos los vecinos. Pero conquistada Granada y colonizados los territorios aledaños, se produce este cambio que como resultado nos da que en 1560 solo quedan en el recinto 200 vecino frente a los 2.000 que ya viven en extramuros. En el siglo XVI ya solo vivían las autoridades religiosas y civiles y cerca de 40 vecinos relacionados con ellas.




Torre del Homenaje, que sirve de acceso a la Alcazaba.


Aunque tras esta conquista cristiana se hicieron algunas reformas, por ejemplo una de las torres de la Alcazaba, la Torre del Homenaje, fue ampliada. Tiene 20 metros de altura y forma trapezoidal.

También la Iglesia Abacial, dentro del recinto fue reformada en el siglo XVI por G. Martínez Aranda y Pedro Velasco. La rematan con una torre de 42 metros de altura con la que se pretende demostrar la victoria cristiana sobre el poder musulmán.



Iglesia Mayor Abacial.


Las visitas teatralizadas y la proyección que se realizan en el interior de esta Iglesia, construida sobre la mezquita, recuperan la vida de carne y hueso que hubo entre estos muros de piedra. 
Uno de los personajes que deberíamos conocer hoy en día es Ibn Said al Magribí, que nació en el interior de esta fortaleza en 1214, ya en tiempos de decadencia en los territorios andaluces invadidos. Era poeta, gramático, historiador y geógrafo. Debido a la conquista castellana de gran parte del Valle del Guadalquivir, se fue a Sevilla muy joven por consejo de su padre. Allí se dedicó con preferencia al estudio del lenguaje, al cultivo de la poesía y al estudio histórico. 
Con 29 años inició una larga peregrinación que le llevó a conocer casi todos los países del Mediterráneo y del Golfo Pérsico, en el transcurso del cual conoció a buen número de sabios y leyó y estudió en muchísimas bibliotecas. La nostalgia por su patria andaluza, durante su estancia en Egipto, le inspiró una de sus poesía más interesantes.
Murió en Damasco tras haber realizado su peregrinación oficial a la Meca, cuando se disponía a regresar a Occidente.


Fuentes

http://www.eldiario.es/andalucia/pasaporte/Alcala-Real-fortaleza-codiciada-frontera_0_327217669.html

https://tuhistoria.org/index.php/mod.municipios/mem.detalle/id.2/relmenu.526/chk.228744a4fe4ab40a9b9ee8ed13c1cc8b

http://www.artehistoria.com/v2/monumentos/398.htm

http://www.etnosur.com/web/

http://www.poetasandaluces.com/autor.asp?idAutor=78

martes, 26 de mayo de 2015

HUELLAS DE BATALLAS PERDIDAS



He leído un artículo en el que se destacan El cabo de Trafalgar, la isla de Trocadero y el río Guadalete, como espacios naturales de alto valor en la provincia de Cádiz, ya que fueron escenarios de tres contiendas que marcaron a fuego la historia de España.

Batalla de Trocaredo

Hoy, casi dos siglos después de la Batalla de Trocaredo, la isla que da nombre a esta contienda, en Puerto Real (Cádiz), es una marisma de alto valor ecológico. Un caladero natural de crustáceos y moluscos y un lugar perfecto para la cría de flamencos o garzas. Nada recuerda ya las batallas allí vividas, ni tan siquiera el Fuerte de San Luis, parte de las defensas de la Bahía de Cádiz, del que hoy solo quedan ruinas.

Batalla de Trafalgar

Por otro lado, tenemos la Batalla de Trafalgar, el enfrentamiento de Francia y España contra la armada británica al mando del vicealmirante Nelson, quien finalmente obtuvo la victoria. Una columna con la estatua de Horatio Nelson preside hoy Trafalgar Square, zona de visita obligada para todo aquel que se encuentre en Londres y antesala de citas imprescindibles como la National Gallery. 


Cabo de Trafalgar

Hoy Cabo Trafalgar es uno de los territorios gaditanos más apreciados por los amantes de la naturaleza, la playa y el senderismo. No faltan en la zona lugareños y pescadores que recuerdan a quien quiera escucharles la batalla allí vivida, la muerte de cientos de personas y la presencia todavía hoy de decenas de barcos hundidos que yacen bajo las aguas en las que se bañan los turistas. La autora del artículo nos dice que sin rencor y sin dolor se recuerda un episodio de nuestra historia que marcó una época y que hoy recogen los libros de texto españoles y británicos. No solo hay una Trafalgar Square. En Bridgetown, Barbados, la actual plaza de los Héroes Nacionales se llamó hasta 1999 Trafalgar Square y existe otra más en Barre, Massachusetts.

Trafalgar Square en Londres


La Batalla de Guadalete es la que de verdad nos importa hoy. Porque gracias a esta contienda se va a gestar lo que será al-Andalus. Porque hoy hay un presente en este lugar, en este río siguen pasando cosas, la historia continúa. No es solo un acontecimiento en el libro de historia. Pero primero tenemos que ponernos en contexto. Saber cómo y por qué empezó todo.

La batalla de Guadalete, cuadro del pintor Martínez Cubells (1845-1914)

El sistema político visigodo del reino de Toledo estaba gravemente enfermo. Cuando moría un rey, se volvía a elegir otro, que no tenía por qué estar necesariamente emparentado con el difunto. Ello suponía frecuentes rebeliones, insurrecciones y todo tipo de conspiraciones que fácilmente podían acabar en asesinato: el objetivo era obtener el poder. La rivalidad entre facciones era constante y las guerras civiles podían estallar muy fácilmente entre aquellos que aspiraban al trono.

Para asegurar cierta continuidad dinástica y dar estabilidad al reino, los reyes visigodos solían asociar al trono, durante su vida y para gobernar conjuntamente, a quien consideraban que había de ser su sucesor; generalmente un hijo, o hermano más joven. Pero ello no aseguraba que, a su muerte, el protegido fuese el sucesor aceptado por el conjunto de nobles.

Cuando el catolicismo paso a ser religión oficial, la Iglesia trató de contribuir a la estabilidad política, sobre todo a partir del IV Concilio de Toledo (año 633) al establecer que el rey también debía ser elegido por los obispos, que el poder real era de naturaleza divina y que por tanto, no jurar fidelidad al rey electo constituía un pecado de sacrilegio castigado con la excomunión. Pero a pesar de los esfuerzos de la Iglesia, los nobles se encargaban de recordar en todo momento que eran ellos los que decidían, al final, quien era el rey.

La decadencia final se abrió con el reinado de Wamba (año 672). La Iglesia quería su coronación, pero no pudo consolidar su poder. Los nobles actuaban frecuentemente como reyezuelos independientes. Así, el poder se fraccionó de forma progresiva e irremediable. El previsible desastre se agudizó con una larga etapa de malas cosechas, peste y hambrunas. La importante crisis económica se plasmó en una disminución de la moneda circulante y en una contracción del comercio.
Cuando Witiza murió (año 709), la sucesión enfrentó a dos grupos de nobles, los partidarios de su hijo, Ágila y los partidarios de Rodrigo. Las fuentes del proceso de ascensión de Rodrigo son confusas.

En el año 710 Musa envía a Tarik con 500 hombres y cuatro barcos a hacer una incursión en la costa andaluza y comprobar las defensas locales. Desembarcó Tarik en lo que posteriormente se llamaría Tarifa y saqueó buena parte de la zona, regresando a África con buenas noticias para Musa.
Rodrigo llegó a Córdoba y convocó urgentemente a todo su ejército. A la llamada también acudieron los hijos de Witiza que finalmente traicionaron a Rodrigo pactando con los árabes a cambio de conservar sus derechos al trono y sus propiedades.
Dado que las crónicas de la época no son más que textos propagandísticos, es imposible saber exactamente como transcurrió la batalla, aunque recopilando materiales, podemos hacernos una idea bastante aproximada. Los árabes probablemente no contaban con mas de 15000 hombres mientras que las tropas godas quizá alcanzaban el doble. De todos modos las fuerzas de Rodrigo quedaron en inferioridad numérica ante los árabes y además, desmoralizados por la deserción de sus compañeros traidores.
El grueso de las tropas de Rodrigo pronto quedó cercado y acosado por la táctica envolvente del enemigo: una lluvia de flechas descabalgó a los pocos caballeros que aún quedaban con Rodrigo, mientras la infantería musulmana cargaba entre gritos y alabanzas a Ala.

La batalla se había desarrollado sobre el cauce del río Guadalete, muy cerca de Arcos de la Frontera. Del rey Rodrigo nada más se supo. Lo más probable es que muriera en la batalla, pues en el cauce del río se encontró el cadáver de su caballo. Otras fuentes más dudosas dicen que escapó y que fue el quien destacó en la valerosa defensa de Mérida. Fuentes árabes dicen, cosa harto improbable, que fue Tarik en persona quien mató con su lanza a Rodrigo, y se advierte que envió la cabeza del rey visigodo a Musa.

A partir de entonces, la conquista islámica se ejecutó con grandes facilidades dada la descomposición política y social en la que se encontraba sumido el reino visigodo.
La trascendencia histórica de esta batalla es innegable. Junto a la romanización, la invasión árabe fue el hecho histórico que más ha condicionado la Historia de España, pues tras la Batalla de Guadalete se iniciaron casi ocho siglos de presencia islámica en España, con la importantísima aportación de su cultura en los distintos ámbitos.

La periodista que escribe el artículo en el que me baso nos recuerda que a los vencedores les gusta que sus hazañas sean recordadas por la humanidad. También en los países musulmanes se nos muestran calles, plazas y cafés con el nombre de aquel general que nos sometió hace ya más de mil años para fundar Al Andalus.
El café Tarik Ibn Ziyad de Rabat, en Marruecos, es uno de los locales más recomendados para tomar un buen té y leer el periódico. En Marruecos, como en muchos otros países de origen musulmán, hay más cafés que se llaman Tarik. También hay calles y plazas con el mismo nombre. Se podría organizar una ruta para conocer todos esos sitios.

Hoy, las aguas del río Guadalete bajan tranquilas junto a la vía verde de la sierra de Cádiz, un lugar maravilloso para hacer rutas en bici o senderismo durante el fin de semana. Pero en algún punto de su cauce, entre su nacimiento en la sierra de Grazalema y su desembocadura en El Puerto de Santa María, las tropas del general Tarik nos infringieron la que probablemente ha sido la mayor derrota militar que los nativos de este país hemos sufrido jamás.

Río Guadalete

Una curiosidad del presente que atañe al pasado del río es que hasta ahora se creía que la desembocadura de este río era natural, dibujada por la orografía del territorio a lo largo de los siglos. Pero recientemente investigadores de diversas instituciones andaluzas han coincidido al señalar que se abrió de forma artificial hacia el año 19 a.C. ¿El responsable? Lucio Cornelio Balbo el Menor, un acaudalado militar de la Hispania Ulterior que afrontó una obra magna para crear el llamado Portus Gaditanus, abriendo un canal que uniría la bahía de Cádiz con el río Guadalete para favorecer con un puerto nuevo las exportaciones con más embarcaciones comerciales. El artículo de National Geographic en el que descubrí esto señala al historiador Enrique Pérez Fernández y al técnico del ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Juan José López Amador, como los que hicieron esta importantísima deducción tras consultar documentos antiguos. Pero para asegurarse de que su hipótesis era cierta, contactaron con investigadores de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Cádiz y del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, quienes también habían llegado a la misma conclusión durante un estudio geomorfológico de la bahía.

Desembocadura del Guadalete

Así pues, la actual desembocadura del Guadalete fue fruto de una gran obra romana realizada a pico y pala. Aunque hoy, transcurridos más 2.000 años, parezca una salida al mar completamente natural.

Tres contiendas, tres zonas turísticas, tres espacios naturales de Cádiz. Hay algo más que une a estas tres localizaciones: todas continúan hoy prácticamente tal y como se encontraban en el siglo XIX, cuando fueron escenario involuntario de los combates. Las tres han resistido a las garras de la construcción y al envite de la especulación urbanística. Hoy son de los pocos espacios prácticamente vírgenes que quedan en Andalucía. Como si con esa virginidad quisieran mantener imborrables las huellas de las batallas allí libradas y las vidas allí perdidas.
Si con algo me he quedado de este artículo de Miriam Lorenzo es con el final. “Franceses, británicos y musulmanes presumen desde hace siglos de sus victorias y tratan de inmortalizarlas en sus plazas, calles o cafés. Pero los originales los tenemos aquí, en Cádiz. Esos ni ellos ni nadie nos los puede quitar”. Es una bonita forma de asumir el pasado y de ver el presente.


Fuentes

Libros 
Losada, Juan Carlos Batallas decisivas de la historia de España. Santillana Ediciones Generales, Madrid 2004.

páginas web



martes, 19 de mayo de 2015

Juego de tronos en el Alcázar de Sevilla.

¿Quién no conoce Juego de tronos? Es imposible que no hayas oído hablar de esta serie de televisión alguna vez. La exitosa y mundialmente conocida adaptación de la saga de libros de fantasía que sigue escribiendo George R. Martin ha rodado escenas de su quinta temporada ni más ni menos que en Sevilla, en el Alcázar de Sevilla. Así que… ¿Cómo iba a desaprovechar pasar la oportunidad de escribir una entrada sobre esto?



Los realizadores de Juego de tronos convierten el Real Alcázar de Sevilla en Dorne, uno de los siete reinos de este mundo ficticio que se disputa el trono de hierro en lo que parece una eterna guerra. Por lo visto, las más que evidentes resonancias arábigas que el escritor hacía de Dorne han resultado ser la motivación fundamental para elegir el emplazamiento. Por supuesta también buscaban un lugar caluroso. 

También han rodado en Osuna. Aprovechando que el equipo viajaba a España escogieron la Plaza de toros de Osuna para rodar las famosas peleas que acostumbran a tener los habitantes de Meereen, otro de los siete reinos con reminiscencias esta vez más “egipcias”. Para este rodaje se hizo un casting que causó enorme expectación. Muchísima gente de toda España empezó a coger autocares, cuando realmente solo necesitaban a 150 personas. 


En las redes sociales, la sorpresa vino acompañada de bromas


Pero no hablemos más de Osuna y de Meereen. Hemos venido a hablar del Alcázar de Sevilla, que recrea la residencia privada de la familia que domina Dorne.

Buena parte de los jardines del Alcázar, el Palacio de Don Pedro I y los baños de Doña María de Padilla permanecieron cerrados. Imagino lo que debe impactarte como fan de la serie ir visitar el Alcázar, encontrarte un aviso así y pensar que los actores a los que tanto admiras están a unos metros de ti rodando, tal vez, uno de esos capítulos que te dejarán los pelos de punta.

El Real Alcázar de Sevilla fue declarado Patrimonio de la humanidad en 1987 y está constituido por un conjunto de palacios de gran relevancia histórica y que además constituyen uno de los más bellos y curiosos conjuntos arquitectónicos del país, mezclando estilos que van del mudéjar al renacentista.
En el año 913 el califa omeya Abderramán III mandó construir un nuevo centro de gobierno en Sevilla sobre el lugar de un antiguo asentamiento visigodo que antes había sido romano. Esta curiosidad “multicultural” sobre su fundación parece un anticipo de los muchos vaivenes históricos que irían dando forma a su apariencia actual. 
Tras la desintegración del Califato de Córdoba, el Real Alcázar pasaría a manos de los abadíes (Taifa de Sevilla), los emires almorávides y, en la última etapa islámica, los almohades. Las sucesivas reformas de aquella época ya habían convertido los Reales Alcázares en un gran complejo palaciego rodeado por murallas a mitad del s.XIII.
Tras la conquista de Sevilla en 1248 por parte de Fernando III, el Real Alcázar se convertiría en Palacio Real (estatus que mantiene en nuestros días) y viviría una nueva etapa de ampliaciones iniciada por su hijo Alfonso X, quien respetó las estructuras existentes y mandó construir el Palacio Gótico. En 1364, Pedro I sería el precursor del Palacio Mudéjar, una de las zonas más espectaculares del conjunto.

Ya se hablan de las importantes cifras que ha podido generar el rodaje de solo unas semanas en la zona, algunos medios hablan de 98 millones de euros. Además se calcula que el turismo crecerá un 32% y según los medios se han creado unos 4.000 puestos de trabajo.
Pero no es la primera vez que el Alcázar se explota cinematográficamente. La idea de consolidar a Sevilla como plató de cine lleva acariciándose años. Y en ese empeño, la Andalucía Film Comission ha conseguido atraer a un número creciente de producciones a la ciudad.

Ocho producciones que han tenido al Alcázar como escenario clave de sus historias.


Las zonas que se han ido cerrando al público durante el rodaje además de los jardines, son la Sala de los Reyes Católicos, el Salón del Techo de Felipe II, el Salón del techo de Carlos V, el Salón de los Embajadores, la Sala de los Infantes, la Alcoba Real y también el Patio de las Doncellas.

El pabellón de Carlos V y otras construcciones de pequeño tamaño emplazadas en los antiguos huertos forman hoy una parte muy bella y valiosa de los jardines. Es un recuerdo del antecedente morisco que pervive en estas zonas vegetales del Alcázar.

Pabellón de Carlos V

Ya conté la historia de Don Pedro de Castilla en una entrada del blog, es uno delos monarcas españoles mas discutidos por sus hazañas y es el mas vinculado a la historia de Sevilla. Otros lo llaman El Cruel, y otros El Justiciero. Sea lo que fuere muere en lucha personal fratricida con su hermano bastardo Don Enrique de Trasmatara. En Sevilla labró su gran palacio.
 La gran pregunta es, ¿Cómo un rey castellano construye para su uso residencial un palacio de reminiscencias y decorados musulmanes? Se habla de un respeto por el pueblo derrotado. En el duro asedio a la ciudad de Sevilla, le fueron entregados a Pedro la Gran Mezquita y su Alcázar intactos. Así, en las ciudades que las huestes cristianas fueron ganando continuaban viviendo todos esos elementos árabes que se sometieron a la disposición del vencedor y se fueron introduciendo poco a poco en las costumbres y trabajos de los artesanos cristianos.
De esto nace el concepto de mudejarismo. Se alude con esta palabra a todas aquellas obras que realizadas por castellanos para necesidades cristianas que conservan expresiones de tipo musulmán. Los moriscos andaluces fueron expertos en la artesanía de madera y la construcción. El palacio de don pedro en Sevilla es la muestra más rica y acabada de lo que llamamos estilo mudéjar.


Salón de los embajadores


El Salón de los embajadores se conoce así en la actualidad porque así consta en las inscripciones arábigas que decoran la gran puerta que leda acceso desde el Patio de las doncellas. Antes se le conocía como Salón de la media naranja aludiendo a la hechura del techo. Es una bóveda de tal belleza que durante siglos se estimó la obra maestra de carpintería sevillana. Este salón se considera uno de los conjuntos arquitectónicos más valiosos del Alcázar y de la arquitectura mudéjar. 


Bóveda del Salón de los embajadores