Como alumna de la profesora María Jesús Viguera, tuvimos la
oportunidad de escucharla en una conferencia en la que habló de Córdoba y de
paso conocimos la casa Turca. Después de unos meses dándole vueltas he pensado
que ya era hora hacer una entrada sobre ello a partir de las notas que tomé.
La ponente como ya he dicho fue María Jesús Viguera y nos
habló de la convivencia en Córdoba en al-Ándales entre las tres culturas cristiana,
judía y musulmana.
Al principio podríamos pensar, como de costumbre, que ya lo
sabemos todo, que ya nos lo han explicado todo sobre la convivencia entre esas
tres culturas, que no hay nada nuevo bajo el sol. Pero María Jesús planteaba la
convivencia como algo simbólico y no como algo real. Nos hizo pensar y ver las
cosas de otra forma. Porque la convivencia solo fue positiva los primeros
siglos. Después empezaron los problemas y no creo que a eso se le pueda llamar
convivencia ni coexistencia.
Las investigaciones sobre el tema pueden llegar a ser
totalmente contrapuestas. Unos tienen una opinión optimistas y afirman que hubo
una idílica convivencia y otros tienen una opinión negativa, y rechazan que
existiera ninguna forma de convivencia. La profesora simplemente planteó esta
cuestión para hacernos pensar si realmente debe considerarse un mito. Quizá la
conclusión a la que debemos llegar no debe ser optimista ni pesimista. Yo creo
que hubo convivencia y hubo conflicto.
Sabemos que en Córdoba hay dos estatuas muy simbólicas de
los filósofos Maimónides y Averroes. El hecho de que se les rindiera este homenaje
es muy significativo porque demuestra que hubo gran admiración hacia ellos. Es
la prueba hecha arte, de que un día hubo respeto mutuo entre estas tres
culturas tan distintas.
Los musulmanes llegan a la Península en el año 711 y son
expulsados en el año 1492. Se respetó la religión cristiana y los cristianos
pudieron conservar sus iglesias, por ejemplo en Huesca, conquistada por el rey Pedro I de
Aragón, en 1096, subsistían, según pruebas documentales, la de San Pedro el
Viejo, la de Santa María Magdalena, y acaso también la de San Cipriano,
extramuros. A finales de la conquista la mayoría de la población andalusí
estaba arabizada. Al existir esa convivencia cultural previa entre hispano
hebreos, la convivencia andalusí no fue difícil. Los muladíes se arabizan igual
que se arabizaron los hebreos, cristianos y judíos.
Un ejemplo de cómo los cristianos se arabizan es la onomástica árabe. Los textos aljamiados
son el ejemplo de los judíos.
Se inicia el proceso de islamización por el que los
autóctonos mediante un proceso paulatino se islamizan. Y es un proceso
paulatino porque tiene sus idas y venidas, es decir, hay unas curvas de
variación en la población que alcanza sus mínimos y sus máximos.
En el Califato Omeya ya se había alcanzado el 50% de
población arabizada y en el 1500 nada menos que el 90%.
Todavía en el S.XI la convivencia es muy próxima y las
consultas jurídicas son un ejemplo muy interesante porque reflejan la
situación. Por un dictamen jurídico del S.XII podemos saber que los musulmanes
aún consumían alimentos de judíos y cristianos. Es posteriormente cuando los
dictámenes empiezan a reflejar cierto rechazo que va en aumento.
En el S.XI la crisis andalusí comienza con la llegada de los
almorávides. El primer almorávide ordena demoler una Iglesia y encarcelan al
obispo de Málaga A partir de este momento comienza a disminuir la población
cristiana en el reino nazarí de Granada y desciende en todo al-Ándalus. Los
judíos en cambio, permanecen como protegidos.
Las fuentes escritas en árabe nos dan referencias
interesantes sobre la convivencia. En las fuentes jurídicas vemos por ejemplo
casos de familias mixtas, es decir cristianos y musulmanes conviven en la misma
casa sin problemas y con normalidad.
En el S.X un jurista muy importante hace ver que el
cementerio cristiano esta tan cerca del musulmán que los cristianos cuando
quieren rezar a sus muertos deben pasar entre las lápidas de musulmanes para
llegar a las suyas. A veces tienen que colaborar juntos en tareas como
reconstruir muros o hacer que funcionen las canalizaciones de agua. Se cuenta
un caso de un barrio en el que un vecino está muy molesto porque alguien se
dedica a subirse al techo de la mezquita y al vivir tan cerca los rezos le
molestan mucho. Al final lo que se dicta en resumen es que si en algo hay
delito es en el hecho de que se suba al tejado, ya que puede dañar el edificio.
A principios de S.XII se cuenta el caso de una persona que acaba de adquirir un
pozo y se quiere echar atrás porque descubre que la casa es de un judío. No le
dejan devolver la casa porque no se ve el problema en el hecho de que sea de un
judío.
La ciudad de Córdoba es un reconocido símbolo universal de
convivencia, enraizado en el período de al-Ándalus, cuando musulmanes,
cristianos y judíos intercambiaron saberes, y construyeron una cultura
compartida.
Esta conferencia me gustó mucho sobre todo por las
curiosidades que fue contando María Jesús respecto a la convivencia entre estas
tres culturas como las que he mencionado y sabemos gracias a los dictámenes
jurídicos o fetuas. Me llamó especialmente la atención una de ellas en la que
se advierte a los musulmanes que no acepten los dulces de pascua de sus vecinos
judíos. Supongo que aunque somos conscientes de que hubo una convivencia en el
pleno sentido de la palabra, cuesta imaginarse cosas como que se regalen dulces
entre ellos.
Me sirvió además para
aprender de qué manera puede la historia llegar a repetirse. Resulta que Isabel
la Católica no fue la primera en ordenar que los judíos fueran por ahí con
distintivos en sus ropas. Los judíos en al-Ándalus fueron rechazados en primer
lugar por los almohades. El primer califa almohade decretó ya que los judíos y
cristianos fueran convertidos o expulsados. Después, en la segunda mitad del
siglo XII, muchos se convirtieron, como Maimónides, al menos exteriormente, y
acabaron marchándose de al-Ándalus. En ambas épocas, almorávide y almohade, y
especialmente tras su forzada conversión, fueron obligados a llevar signos
distintivos.
Sobre todo comprendí que al final todo es más complicado de
lo que parece, especialmente en al-Ándalus
donde todo debió de ser caótico. Porque este periodo de la historia
abarca varios siglos, y en ellos se dieron circunstancias políticas y
económicas diversas. Pero aun así al final uno se pregunta ¿Cómo es posible que
de un siglo para otro los judíos pasen de estar totalmente arabizados, gusten
de escribir literatura en árabe, sean políglotas, y en definitiva, lo
suficientemente cultos como para que el califa les quisiera a su lado, a ser
totalmente rechazados?
Bibliografía
García Sanjuán Alejandro. "Tolerancia, convivencia y coexistencia en al-Ándalus, ¿mito o realidad?" en Desperta Ferro. Nº7 pp 41-45
Bibliografía
García Sanjuán Alejandro. "Tolerancia, convivencia y coexistencia en al-Ándalus, ¿mito o realidad?" en Desperta Ferro. Nº7 pp 41-45
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